Cristianos en rodaje - Valentin Galindo

Hasta aquí, Galindo. Ya lo ha dicho todo. Sean como sean los sacerdotes, tú procede con libertad: con la santa libertad de los hijos de Dios, más necesaria cuando se debaten los intereses sagrados de la conciencia. Y procede con humildad. No te creas jamás que no hay directores a la medida de tu altura. Cuando muevas la ceniza te darás cuenta de que cualquiera de ellos tiene brasas suficientes para darte luz y calor. Encomiéndate a Dios y búscale con paciencia, que ciertamente lo encontrarás.